lunes, 28 de julio de 2008

Se hizo bolas en el seguro: llegó caminando al IMSS y salió trabajando para la Lotería Nacional

Iguala, Guerrero. Isidoro Madariaga se ganaba la vida vendiendo
enciclopedias, productos Omnilife y calendarios de puerta en puerta. Hoy, aunque sigue dedicado a las ventas, se ha especializado en un producto: billetes de lotería. No lamenta su suerte pero sí se la mienta a médicos, enfermeras y recepcionistas de la clínica 143 del Seguro, que lo mantuvieron sentado 256 horas en la sala de espera antes de pasarlo a consulta. “Pa' cuando me quise parar de la silla era demasiado tarde”, cuenta Don Isidoro, “¡Y cuando me trataron enderezar me dejaron como charamusca!”

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